Para
comentar un texto seguiremos los siguientes pasos:
1. Lectura y preparación
2. Clasificación del texto
3. Análisis del texto
4. Comentario del texto
5. Crítica del texto
6. Bibliografía
1. Lectura
y preparación
1.1.
Prelectura o lectura general
En primer lugar, harememos una
lectura general del texto que nos aportará la primera
idea acerca de su significado. No haremos ninguna
anotación ni subrayado, sólo leer.
1.2. Lectura comprensible
En esta segunda lectura preparamos
el texto, mediante:
-
Se resaltan
aquellos más relevantes,
que son claves
en la comprensión del texto y que serán
objeto de un análisis posterior. Puede tratarse de nombres,
fechas, números, etc.
-
El subrayado
de ideas primarias
Se realiza sobre aquellas ideas que señalan
las líneas fundamentales del texto.
-
El subrayado
de las ideas secundarias
Refuerza y complementa el
anterior. Para mayor claridad, es aconsejable utilizar un trazo
o color distintos del precedente.
-
Anotaciones
marginales
Son de extrema utilidad para señalar bloques
temáticos, hacer llamadas aclaratorias, breves comentarios, etc. Puedes utilizar
llaves o líneas que delimiten dichas acotaciones.
2. Clasificación
del texto
La clasificación correcta del
texto constituye el paso inicial del análisis
y comentario. En esta parte del trabajo es necesario
precisar una serie de aspectos que hay que determinar:
a. Naturaleza
b. Circunstancias espacio-temporales
c. Autor
d. Destino
a) Naturaleza del texto
En este primer
punto debe determinarse la temática del texto, señalándola precisa y brevemente.
Según sus características,
un texto puede ser:
1. Jurídico: cuando tiene carácter
legal, emana de fuentes legales o establece normas de derecho, bien a nivel nacional o internacional. Son
textos jurídicos las leyes y decretos de todo tipo, las constituciones,
los tratados y acuerdos internacionales, y,
en general, cualquier texto político de carácter análogo.
2. Histórico-literario: cuando posee
un notorio carácter subjetivo, emanado directamente
de la trayectoria personal de un individuo o grupo, en la que se refleja
o proyecta el proceso histórico. Son de este
tipo las memorias, las autobiografías,
los recuerdos históricos, las
cartas y notas personales, los artículos
de prensa y, asimismo, las obras literarias
y de pensamiento que recogen y dan testimonio
de la realidad social, por ejemplo, la novela
o el ensayo históricos.
3. Narrativo: cuando
está relacionado o emana de un hecho, circunstancia
o proceso histórico determinado, en función
del cual argumenta el autor. Son de este tipo los discursos, las proclamas, las declamaciones, resoluciones o acuerdos desprovistos de carácter
legal y los escritos o informes de tipo económico
o social.
4. Textos historiográficos: cuando
se trata de la obra de un historiador o autor posterior
a los hechos, que son analizados con una finalidad investigadora
y científica. Entran en este grupo las obras
de Historia en sentido amplio.
5. Otros tipos:
judiciales, fiscales, contractuales, económicos,
religiosos, geográficos, etc.
Algunos textos pueden
ser clasificados o incluidos en más de uno de estos apartados.
b) Circunstancias espacio-temporales:
Han de tenerse en cuenta para determinar cuándo y dónde fue
escrito el texto. En este sentido, es imprescindible
señalar:
La fecha exacta o aproximada
en la que el texto fue elaborado:
- En los textos que incluyen fecha la tarea es fácil; en todo caso, ha de someterse a crítica para
asegurar su veracidad.
- En los textos que no incluyen fecha, ésta puede deducirse del contenido del texto. En todo
caso, ha de señalarse el momento histórico
al que el texto corresponde de la manera más
aproximada posible.
- En el caso de los textos historiográficos y en el de algunas obras literarias (novela histórica,
por ejemplo) hay que señalar dos fechas: aquella
en la que escribe el historiador o autor y aquella sobre
la que escribe, es decir: la fecha en la que se elabora
el texto y la fecha en la que se sitúa la acción de que habla.
La situación y circunstancias
históricas en las que el texto fue creado.
Se trata aquí de señalar el contexto histórico relacionado con el texto.
c) Autor
El tercer punto de esta clasificación aborda la identificación del autor del texto. En
este caso es preciso señalar:
- Cuando el texto tiene
un autor individual, hay que fijar su identidad, situación personal y las circunstancias
históricas en que vivió; se darán unas breves pinceladas biográficas
y se especificará su relación con el contenido del texto.
Hay casos en los que:
. El autor aparece como tal en el texto: en ese caso,
sólo se trataría de constatar la autenticidad
de tal autoría.
. El autor no figura en el texto: en tal caso, se debe
identificar al posible responsable por el contenido.
- Cuando el texto tenga autor
colectivo es preciso establecerlo señalando
los diversos ejecutores, pero destacando entre todos ellos
el más significativo.
d) Destino
Identifica a quién se dirige el texto y los objetivos que persigue.
Indagaremos:
1. A quién va destinado:
si es a una persona individual o a una colectividad,
y si la intención es que permanezca en secreto
o por el contrario sea divulgado.
2. Cuál es su finalidad:
si tiene un carácter público o privado,
si es personal u oficial y si abarca un ámbito
nacional o internacional. En definitiva, qué pretende su autor o autores.
3. Análisis
del texto
Una vez clasificado el texto, comienza
el análisis del mismo, lo que constituye la
parte central del trabajo. Ésta se basa
en el análisis temático y explicación
profunda de su contenido. Al inicio de esta
actividad hay que insistir en la necesidad
de la atenta y detenida lectura del texto.
Destacaremos dos métodos
para explicar y analizar el contenido de un texto histórico:
El método literal:
consiste en seguir un orden descriptivo con la explicación
progresiva de palabras, expresiones y alusiones que en él aparecen.
Es un método sencillo que puede ser muy útil
cuando tenemos entre manos un texto muy denso.
El método lógico:
consiste en reagrupar los pasajes y las explicaciones
de acuerdo con su temática; resulta
útil para textos mal articulados o confusos.
En cualquier caso e independientemente del método
empleado, la explicación del contenido ha de organizarse desde el nivel más
elemental y concreto al más complejo y general,
de acuerdo con el siguiente esquema:
a) Primer nivel:
definición y comprensión de los términos,
conceptos y datos contenidos. Esto supone:
1. Definir de
manera precisa los nombres propios, los nombres técnicos,
los de instituciones y en general, todas las
expresiones significativas.
2. Aclarar y precisar las alusiones históricas,
los datos y los hechos a los que se hace referencia.
b) Segundo nivel:
captación y esbozo de la estructura del texto resumiendo
y explicando cada una de sus partes. De esta manera habrá sido desmenuzado y estudiado sin
que nos resten partes sin comprender.
Clasificado y analizado el
contenido,
ya estamos en condiciones de abordar el
comentario. En concreto se trata de tomar el texto como fundamento o
base para desarrollar y disertar sobre el momento histórico en sus
aspectos más generales.
De esta aclaración
se obtiene una visión
general del proceso y circunstancias
en
el que al texto se inscribe. Consiste, pues, en
hacer
una completa exposición del tema al que nos han
conducido los pasos precedentes. Esta exposición ha de seguir vinculada al texto, pero puede desviarse
de él en su desarrollo, por lo que conviene
establecer unos límites precisos que impidan divagar o desorientar.
Nos permite
determinar lo siguiente:
- Su autenticidad y exactitud.
- Su sinceridad y objetividad.
- Su interés, es decir si
se trata de un documento decisivo para el análisis del momento histórico
en el que se inscribe o hace referencia, o por el contrario tiene una
importancia relativa o secundaria.
Además de las fuentes consultadas directamente durante el análisis del texto es
aconsejable, en la manera de lo posible, hacer mención de:
. Manuales y obras generales.
. Libros especializados y monografías.
. Artículos de revista.
. Enlaces a páginas Web.
. Archivos sonoros y visuales, etc.
Consideraciones
finales sobre el comentario de textos
El análisis y comentario de un texto concreto no implica la aplicación
exacta ni absoluta de estas normas metodológicas:
puede prescindirse de puntos o apartados o cambiar su orden, adaptándonos a las
características particulares del documento.
Por lo que respecta a la exposición
del comentario, ésta ha de ser compresible
y clara y habrá de realizarse de manera ordenada.
Durante la exposición de todo el trabajo, han de
hacerse cuantas referencias al texto
sean necesarias.
Errores
más frecuentes en el comentario de textos
1. Digresión
o disertación
Implica utilizar el texto como simple
pretexto para exponer nuestros conocimientos sobre algún
tema, divagando o desviándose del asunto central.
2. Paráfrasis
Es la exposición repetitiva de lo que dice el texto,
sin aportar medios
para su interpretación.
3. Desorden
Suele reflejarse de varias
maneras: centrándose sólo en la introducción, repitiendo ideas,
explicando fuera de contexto o prescindiendo de un hilo conductor que
relacione las ideas con el documento.
5. Personalismo
No debemos expresar opiniones o juicios desde nuestro punto de vista personal. Sería inadmisible, puesto que el ejercicio
de Historia ha de perseguir la objetividad y la total ausencia de prejuicios. En tal sentido, es admisible
hacer valoraciones sobre el alcance, fiabilidad o repercusiones del
documento pero nunca realizar consideraciones sobre lo bueno
o detestable, bello o desagradable del asunto al
que alude.
EJEMPLO DE TEXTO COMENTADO:
"Una de las ideas que
más me ocuparon había sido la reunión,
la concentración de los mismos pueblos geográficos
que las revoluciones y la política han disuelto
y dividido; de manera que contándose en Europa
más de treinta millones de franceses, quince
de españoles, quince de italianos y treinta
de alemanes, hubiera querido hacer de cada uno de
estos pueblos un solo cuerpo de nación (...);
!Yo me juzgaba digno de tamaña gloria!
(...) En tal estado de cosas podía haber
más probabilidades de conseguir en todas
partes la unidad de códigos, de principios,
opiniones, sentimientos, ideas e intereses. Acaso
entonces, con el apoyo de las luces universalmente
extendidas, hubiera sido permitido soñar
la gran familia europea (...).
Nadie podría negar que si, al entrar en España,
Austria, en vez de declararme la guerra, me hubiese
dejado cuatro meses de estancia en España,
todo hubiese terminado allí y en tres o cuatro
años se habría visto una paz profunda,
una prosperidad brillante, y una nación compacta
(...).
Como quiera que sea, esta reunión (la de
Europa) se hará tarde o temprano (...) el
impulso está ya dado, y no creo que después
de mi caída y la aparición de mi sistema
pueda haber en Europa otro gran equilibrio que la
reunión y la confederación de los
grandes pueblos."
Palabras de Napoleón el 11 de noviembre
de 1816. J. Carpentier y F. Lebrun. Breve historia
de Europa. Ed. Alianza.
1. Lectura
y preparación
En primer lugar haremos una lectura
superficial del texto que nos inicie en su significado.
No realizaremos ni anotaciones ni subrayados, sólo
leeremos. A continuación procederemos a una segunda
lectura, esta vez detenida.
A través de esta segunda lectura
preparamos el texto mediante:
El subrayado de términos:
Europa / Revolución / Código
/ Luces / Nación / Confederación.
El subrayado de ideas fundamentales:
Se efectúa sobre aquellos conceptos
que delimitan las líneas maestras del texto. Constituirán
el fundamento de las referencias textuales. En este escrito
destacamos las siguientes:
“(...) la reunión,
la concentración de los mismos pueblos geográficos
que las revoluciones y la política han disuelto
y dividido.”
“!Yo me juzgaba
digno de tamaña gloria!”
“(...) conseguir
en todas partes la unidad de códigos, de principios,
opiniones, sentimientos, ideas e intereses.”
“Como quiera que
sea, esta reunión (la de Europa) se hará
tarde o temprano (...) el impulso está ya dado.”
2. Clasificación
del texto
a) Naturaleza.
Es un texto histórico-literario con reflexiones
autobiográficas.
b) Circunstancias espacio-temporales.
Escrito en la isla de Santa Elena en el año 1816.
c) Autor. Napoleón
Bonaparte (1769-1821).
Durante la Revolución
Francesa fue un importante militar. Protagonista
del Golpe de Estado de Brumario de 1799
ostententó el título de Primer Cónsul
(más tarde, Cónsul Vitalicio).
En 1804 se proclamó emperador.
Tras guerrear con las potencias europeas (Austria,
G. Bretaña, Rusia, Prusia, España, etc.)
fue vencido y desterrado a la isla de
Elba. Vuelto a Francia y de nuevo en
el poder, fue derrotado definitivamente en Waterloo
y desterrado a Santa Elena en 1815, donde
murió.
Se trata de un texto en el que Napoleón
evoca sus ideas sobre cómo lograr una Europa
unida bajo su mandato. Naturalmente, las opiniones
que expresa tienen un carácter marcadamente
subjetivo pues el autor de estas líneas
vivió en primera persona los acontecimientos sobre
los que reflexiona.
3. Análisis
del texto
Este texto puede dividirse en cuatro
partes coincidentes con los cuatro párrafos
que lo componen.
En el primer párrafo Napoleón
expone que las circunstancias históricas han dividido
a los pueblos de Europa entre los que se encuentran
el francés, el español, el italiano o el
alemán. Él hubiese querido terminar con
tal situación y para ello se considera el elegido.
En el segundo párrafo explica
que bajo la influencia y apoyo de las ideas ilustradas
(luces) hubiese sido posible
la unión de los pueblos en una sola comunidad de
opiniones, sentimientos, códigos y cultura.
En el tercer párrafo expresa una
especie de queja sobre los obstáculos que encontró
en la empresa, derivados de las guerras que hubo de a
afrontar simultáneamente contra los estados europeos
que le impidieron, entre otras cosas, convertir a España
en un país renovado, prospero y unido.
En el cuarto párrafo Napoleón
expresa su confianza en la unidad europea, que siente
próxima mediante la creación de una gran
confederación de pueblos.
4. Comentario
La idea esencial que resume estas cuatro
partes es que Napoleón se ve a sí mismo
como el personaje predestinado para la
creación de los Estados Unidos de Europa,
que se articularían bajo los principios de la Revolución
francesa, de los que se considera el máximo defensor
e impulsor. Sin embargo, la actitud hostil de los estados
afectados provoca su fracaso.
Napoleón fue uno
más de los personajes históricos que habían
deseado la unidad impuesta de Europa. Sus límites
coincidieron con la rebelión de los pueblos europeos
a unos planes que buscaban una unión impuesta desde
Francia. Es un personaje contradictorio
pues, por un lado, fue defensor de los derechos y libertades
modernos de que hizo gala la Revolución Francesa,
pero por otro, trató de imponerlos mediante la
fuerza, tiránica y violentamente.
5. Conclusión
Napoleón logró una falsa
unidad de Europa mientras duró su supremacía
militar, ya que se cimentó sobre la fuerza impuesta
contra la voluntad de los pueblos. No obstante puede considerarse
(con todas las salvedades) un referente
y un precedente en la construcción
de la Unión Europea.