Consecuencias
Las consecuencias de la II Guerra Mundial superaron de forma
significativa los efectos producidos por el primer conflicto mundial,
pudiéndolas agrupar en cuatro grandes aspectos:
El nuevo orden internacional - Principales conferencias
Introducción:
La Segunda Guerra Mundial superó claramente a la
Primera, tanto por la duración y la intensidad
de los combates como por las pérdidas humanas y los recursos que se utilizaron:
participaron 72 Estados, fueron movilizados 110 millones de hombres, el coste
económico de la guerra fue cuantiosísimo y hubo más de 40 millones de muertos.
El
norte de China, Japón y Europa quedaron devastados y su equipamiento industrial,
ferroviario, portuario y viario quedó muy maltrecho. Además, la Segunda Guerra
Mundial tuvo una extensión realmente mundial, ya que se combatió en casi todos
los continentes (Europa, Asia, África y Oceanía) y en todos los océanos.
En
el terreno armamentístico, las grandes potencias enfrentadas perfeccionaron y
pusieron a punto instrumentos de ataque suficientemente terribles como para
destruir a toda la Humanidad. La aparición de las grandes unidades blindadas, la
utilización de los submarinos, de los portaaviones, de los misiles antiaéreos,
del radar y de la aviación como recurso habitual para el transporte de tropas y
para los bombardeos sobre la población civil, hicieron de este conflicto una
verdadera carrera hacia a destrucción. Finalmente, la explosión de la primera
bomba nuclear marcó un hito en la historia del miedo atómico, al demostrar que
era posible destruir la humanidad.
Consecuencias de la Segunda Guerra:
En la última fase de la guerra, Estados Unidos y la Unión Soviética pasan a
ejercer el papel predominante, formándose dos bloques encabezados por ellos.
Estados Unidos, que ya desde antes de la guerra era la primera potencia
económica mundial, se consolidó como tal. Europa quedó muy debilitada del
conflicto y estaba arruinada por la guerra. Estados Unidos se convirtió, además,
en la primera potencia militar mundial gracias al esfuerzo bélico realizado. A
partir de entonces asumiría la función de defensor de los valores de la
civilización occidental, sustituyendo a Gran Bretaña en su papel de gendarme
mundial.
La
Unión Soviética, a pesar de las grandes pérdidas materiales y humanas que sufrió
por el conflicto, salió muy fortalecida. El campo socialista se extendió a los
países de Europa central y oriental, y la Unión Soviética se convirtió en su
centro dirigente. La Revolución China estaba en curso y tampoco se haría
esperar. Los próximos años mostrarían la intensidad de dicho enfrentamiento.
Para
el conjunto del conflicto de 1939-1945, tanto en Europa como en Asia, las cifras
de pérdidas humanas son impresionante, las mayores que una guerra haya producido
en toda la historia. En total se calculan 55 millones, 25 millones de cuales era
militares y el resto civiles, sin contar 5 millones de judíos asesinado en el
Holocausto ocasionado por los Nazis. Pero esto es sólo una estimación aproximada
, las destrucciones de registros civiles por bombardeos aéreos, la confusión
provocada por los traslados de población –que imposibilita distinguir entre
fallecido y desaparecidos- y la pérdida de parte de la documentación han
impedido un mayor acercamiento a la cifra real de los muertos.
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Alemania |
8.000.000 |
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|
Checoslovaquia |
6.700 |
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China |
2.000.000 |
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|
EE.UU. |
405.399 |
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Francia |
600.000 |
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Inglaterra |
300.000 |
|
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Japón |
2.000.000 |
|
|
Polonia |
6.000.000 |
|
|
URSS |
22.000.000 |
|
|
Yugoslavia |
1.500.000 |
|
A
pesar de su falta de precisión, estas cifras aproximadas proporcionan una idea
de la sangría demográfica que significó la Segunda Guerra Mundial, con un
descenso poblacional casi cuatro veces mayor que el ocasionado por la de
1914-1918. Esta diferencia se explica por la considerable extensión del teatro
de operaciones bélicas y por la implicación directa de toda la población en la
guerra como efecto de los bombardeos aéreos. Todo ello agravado porque algunos
países (Japón y la URSS principalmente) no respetaban la Convención de Ginebra
de 1864 sobre prisioneros de guerra, y por las políticas racistas de exterminio
sistemático llevadas a cabo por el Tercer Reich.
A
estas cifras se deben añadir 35 millones de heridos y 3 millones de
desaparecidos, así como las víctimas de la sub alimentación que sufrían de
enfermedades como la tuberculosis y el raquitismo. Además, esa hecatombe
demográfica tendría consecuencias a largo plazo; en las pirámides de edades
correspondientes países como la Unión Soviética, Polonia, Yugoslavia y Alemania,
se puede observar un desequilibrio en los indicadores de edad y sexo, que
representa un notable descenso de la población activa que afectó de manera
inmediata la reconstrucción de esos países y años después impactaría sobre el
comportamiento del índice de natalidad.
Al
final de la guerra se planteaba en Europa el problema de las personas
desplazadas a causa de las vicisitudes de la guerra. En tanto que millones de
hombres y mujeres vagaban de un punto a otro del Continente, ex prisioneros de
los campos de concentración nazis que trataban de volver a sus respectivos
países, ex colaboracionistas que esperaban escapar a las represalias y los
castigos y, sobre todo, ¡ millones de personas que abandonaban los territorios
anexionados por los vencedores. Unos 10 millones de alemanes sin recursos
expulsados de Polonia, de Checoslovaquia o de Hungría, fueron transportados a
una Alemania que había perdido 25% de su territorio, mientras que cerca de
dos millones de checos y eslovacos ocupaban los territorios abandonados por los
alemanes. En Austria apenas si fueron dejados en sus hogares los descendientes
de colonos alemanes.
En la
región del Báltico, la suerte más cruel la sufrieron los letones, estonios y
lituanos, quienes, deportados a campos de trabajo alemanes durante la guerra, al
terminar ésta fueron llevados a Rusia al tiempo que su territorio era ocupado
por colonos rusos. Siglos de lentos procesos demográficos fueron barridos en
pocos meses; el mapa desplazamiento de etnográfico de Europa central y oriental
fijado desde la Edad Media fue radicalmente remodelado.
Pérdidas materiales y financieras: El
panorama de las destrucciones materiales era también desolador; numerosas
viviendas y otras construcciones fueron destruidas. Las comunicaciones (puertos,
ferrocarriles, puentes y viaductos) y las grandes ciudades sufrieron los daños
mayores. Alemania perdió 20% de sus viviendas y Gran Bretaña 9%, a causa de los
bombardeos que afectaron también numerosas fábricas. En Francia, Italia y
Alemania, aparte de ciertos sectores como el de la siderurgia, las instalaciones
industriales habían sufrido menores daños; en las naciones de tradición
industrial lo que impediría la recuperación sería la falta de materias primas y
recursos financieros.
Pero
fue en la Europa oriental donde las destrucciones alcanzaron mayor magnitud: en
la Unión Soviética 17.000 ciudades y 70.000 pueblos fueron arrasados y, en
conjunto, este país perdió más de 20% de su potencial industrial e incalculables
daños en la agricultura y la ganadería. Polonia quedó arruinada, casi no quedaba
edificio en pie, había perdido más de un tercio de su capacidad de producción y
se encontraba al borde de la hambruna. En Yugoslavia, pueblos y campos quedaron
destruidos y el país había perdido aproximadamente 38% de su capacidad
productiva.
En el
aspecto financiero, los gastos de guerra y las muy pesadas exacciones monetarias
impuestas por los alemanes en los países ocupados, particularmente en Francia,
agravaron el déficit presupuestario y desencadenaron la inflación. Además, al
finalizar la guerra apareció una gran masa de billetes atesorados durante el
conflicto, cuya puesta en circulación constituyó otro factor inflacionario. Todo
esto hacía inevitables las devaluaciones de las monedas, sobre todo en los
países menos desarrollados como Hungría y Grecia.
Algunas consecuencias favorables. Sin embargo, la guerra tuvo en algunos
países, junto a efectos catastróficos, otras consecuencias de carácter
favorable. La Unión Soviética es el mejor ejemplo; aunque sufrió pérdidas
humanas y materiales en mayor medida que los
demás países europeos, al final
pudo ampliar notablemente su territorio. Además, ante la invasión alemana, el
traslado de las fábricas soviéticas de la zona europea a las regiones situadas
al este de los montes Urales, sentó la primera piedra del desarrollo industrial
del Asia soviética. Asímismo, la ocupación militar y el traslado de fábricas de
Alemania y de otros países después de 1945, significaron para la URSS una
oportunidad única para establecer un control político y económico sobre Europa
oriental y sudoriental, mismo que constituyó la base de su política hegemónica
frente a Occidente. Otros países que salieron fortalecidos económicamente de la
guerra fueron Estados Unidos y los que pudieron mantener su neutralidad, como
Suecia, Suiza y los países de la Cornrnonwealth.
Efectos psicológicos y morales:
Aparte de las destrucciones materiales y los desplazamientos de población, la
guerra trajo consigo la ruina psicológica y moral, ocasionada por varios
motivos: la utilización sistemática de la tortura por la Gestapo, la dominación
de dictaduras militares y policíacas, la acentuación de los antagonismos de
clases, la lucha enconada entre colaboracionistas y miembros de la resistencia.
Otro elemento negativo en este sentido fue la creación de hábitos de violencia y
pillaje que trastornaron incluso el orden interno en países que antes se habían
destacado por el respeto a las leyes y a los derechos individuales.
Pero
el extremo de la ruina moral y psicológica estaba en los campos de exterminio
nazis, descubiertos tras la derrota alemana y la liberación de las naciones
ocupadas. Se trataba de campos de concentración donde se llevaban a cabo los
increíbles programas de exterminio del régimen nazi, “fábricas de la muerte” en
las que se intentó la “solución final del problema judío” y se eliminaba también
a los opositores políticos del nazismo, al tiempo que se ensayaban experimentos
de esterilización y de eliminación de personas con defectos físicos o retraso
mental, con miras a alcanzar la "pureza étnica” preconizada por las filosofías
racistas alemanas.
Aparte de la terrible huella dejada en los supervivientes de los campos de
concentración, el conocimiento de aquellas atrocidades provocó un verdadero
trauma moral en la conciencia humana ante el hecho inexplicable e injustificable
de que una barbarie tal se hubiera podido desarrollar en el mundo civilizado del
siglo XX. Pero la humanidad todavía había de presenciar azorada otra barbarie
más cuando, en el mes de agosto siguiente, las bombas atómicas estadounidenses
convirtieron en un verdadero infierno las ciudades japonesas de Hiroshima y
Nagasaki, provocando en ambas la muerte instantánea de cerca de 120 000 personas
civiles y dejando una espantosa secuela de radiación nuclear que continuaría
cobrando víctimas mortales por muchos años más.
Diseño y organización de la paz:
Conferencias y tratados de paz
Una
vez terminada la guerra, se hizo necesario ponerse de acuerdo para la forma en
que se iba a reglamentar la paz entre vencedores y vencidos, lo cual no
resultaba tarea fácil en virtud de los diferentes intereses de las naciones
vencedoras y la desconfianza que existía entre ellas, sobre todo por el
beneficio que representaba para Estados Unidos el poseer el secreto de la
energía atómica y por la posición ventajosa de la Unión Soviética en la Europa
oriental. Así pues, fue necesario celebrar varias reuniones para llegar a una
decisión final sobre las condiciones de la nueva paz mundial. Las principales
fueron dos conferencias celebradas en Moscú y París.
Conferencia de Moscú. A petición del
gobierno estadounidense interesado en abrir nuevamente las conversaciones, se
realizó en la capital soviética una nueva reunión en la que participaron
ministros de Asuntos Exteriores de las tres grandes potencias. La Conferencia de
Moscú, celebrada en diciembre de 1945, aunque no logró resolver los problemas
diplomáticos entre las naciones vencedoras, pudo fijar el procedimiento a seguir
para redactar los Tratados de Paz. De singular importancia fueron las decisiones
tomadas respecto a la situación del Lejano Oriente, ya que se acordó la creación
de gobiernos democráticos en Corea y se aprobó el establecimiento de una nación
unificada y un gobierno democrático en China, el cual puso fin a la guerra civil
que asolaba ese país. Al final, un asunto de gran trascendencia fue la decisión
de crear una “comisión para el control de la energía atómica”, a cargo de la
nueva organización internacional que habría de establecerse en sustitución de la
fracasada Sociedad de Naciones.
Conferencia de París. Otra importante
reunión internacional fue la Conferencia de París, celebrada en 1946 en la
capital francesa en dos ocasiones, una entre el 28 de abril y el 16 de mayo, y
la otra, del 15 de junio al 12 de julio, convocándose en esta última fecha la
Conferencia de Paz. Los ministros de Asuntos Exteriores de las cuatro potencias
después continuaron en la ciudad de Nueva York una última etapa de la
Conferencia, entre los meses de octubre y diciembre del mismo año, en la que
establecieron la fecha definitiva para la firma de los tratados de paz con
Italia, Finlandia y con los tres países balcánicos: Hungría, Bulgaria y Rumania,
que se llevó a cabo en París el 10 de febrero del año siguiente. El tratado con
Austria no se firmaría hasta 1955, después de diez años de ocupación de las
cuatro potencias vencedoras. Pero la solución del problema alemán fue eludida y
no se alcanzó ningún acuerdo y, si a ello se agrega el hecho de que la URSS no
firmó ningún tratado de paz con Japón, se puede llegar a la conclusión de que la
Segunda Guerra Mundial no tuvo un final diplomático.
Modificaciones territoriales: En
Europa, el conjunto de los países vencidos estaba constituido por Alemania,
Italia, Finlandia, Rumania, Hungría y Bulgaria, y en el Extremo Oriente por
Japón y Siam (Tailandia). Todas estas naciones quedaron ocupadas militarmente
por los países vencedores: Finlandia, Rumania, Hungría y Bulgaria por la Unión
Soviética; Italia, por los ejércitos angloamericanos; y Japón por Estados
Unidos.
Las
mayores modificaciones territoriales se dieron en Europa y Alemania fue la más
afectada por ellas: perdió alrededor de 100000 kilómetros cuadrados de la
superficie que tenía en 1937 y el territorio restante fue dividido en cuatro
zonas de ocupación—soviética, estadounidense, británica y francesa—, división
también aplicada a la ciudad de Berlín. Además, fueron anuladas todas las
conquistas hitlerianas; Austria, Polonia y Checoslovaquia, que habían dejado de
existir a causa del Anschluss de 1938, volvieron a constituirse como Estados
nacionales. Austria sufrió la misma suerte que Alemania y fue subdividida en
cuatro zonas de ocupación.
En la
Europa central y oriental los principales cambios territoriales beneficiaron a
la URSS y a Polonia. Este país restituyó a la URSS los territorios conquistados
en 1921 a expensas de Ucrania y Bielorrusia, pero en compensación se anexó una
parte de la Prusia Oriental, la Pomerania y la Silesia, tomadas a Alemania; de
esta forma Polonia llegaba a tener una importante salida al mar y un territorio
más homogéneo. La Unión Soviética, aparte de recuperar los territorios del este
de Polonia, recuperó los países bálticos que Alemania había conquistado en su
avance hacia Rusia, y se anexionó también la región alemana de Koenigsberg.
Italia tuvo que ceder varios territorios del continente europeo en favor de
Grecia y de Francia, además de perder sus colonias en el norte de África.
Rumania restituyó la Besarabia a la URSS y en cambio recuperó la Transilvania
que había pasado a Hungría. Bulgaria perdió su salida al mar en beneficio de
Grecia, en tanto que Checoslovaquia cedió a la URSS la región de la Rutenia.
Es
importante destacar el hecho de Europa había quedado dividida no solamente por
motivo de la desintegración de Alemania, sino porque al avanzar los ejércitos
soviéticos sobre las fuerzas militares del Eje fueron ocupando los territorios
de Europa oriental. La Unión Soviética se vio entonces muy favorecida con la
ventaja de que al ser derrotados los gobiernos nazi-fascistas, los pueblos de
Europa oriental que habían estado dominados por éstos se inclinaron por el
socialismo, lo cual resultó claramente favorable para el expansionismo soviético
que progresivamente convirtió esos países en satélites suyos.
Respecto al Lejano Oriente, la Conferencia de Yalta había previsto que Japón
perdería todas sus posesiones. Pero los cambios territoriales y políticos
dependieron de la cambiante situación en las últimas semanas de la guerra. El
territorio de Manchuria —conquistado por Japón en 1931 y convertido en el Estado
títere de Manchukuo bajo dominio japonés— fue ocupado por las tropas soviéticas,
al tiempo que era reintegrado a China; pero se convirtió en un enclave de lucha
entre comunistas y nacionalistas chinos. Corea, anexionada por Japón en 1910,
quedó dividida en dos Estados: uno al norte del paralelo 38, ocupado por los
soviéticos, y el otro al sur, ocupado por los estadounidenses. La URSS se anexó
el sur de las islas Sajalín y las Kuriles, al norte de Japón. Estados Unidos,
además de asegurarse los archipiélagos japoneses de las islas Marianas, Carolina
y Marshall, ocuparonJapón y rehusaron compartir su autoridad sobre el territorio
japonés con los otros Aliados.
China
recibió Formosa (Taiwan), pero la derrota de Japón reanimó la guerra civil entre
los comunistas dirigidos por Mao Zedong (Mao Tse-tung) y el gobierno de Chiang
Kai-chek. En el Sudeste asiático, británicos, franceses y holandeses recuperaron
sus colonias. Pero en 1945, Ho Chi Minh, líder comunista vietnamita, y Achmed
Sukarno, dirigente del movimiento nacionalista de Indonesia, proclamaron la
independencia en sus respectivos países, mientras que en la India avanzaba el
proceso de emancipación hasta alcanzarla en 1947.
En el
Medio Oriente, Etiopía recobró su independencia y le fue entregado el territorio
de Eritrea, lo que le daba acceso directo al mar Rojo. Somalia y Libia,
provisionalmente ocupadas por los ingleses, deberían obtener la independencia en
poco tiempo. El retorno de la paz en la región estuvo marcado por el despertar
del panarabismo, expresado en la creación de la Liga Árabe en marzo de 1945, y
el inicio de la descolonización en los territorios bajo mandato británico y
francés. Líbano y Siria alcanzaron su independencia en 1944 y 1946,
respectivamente. Pero en Palestina, el problema se complicó con la creación del
Estado de Israel en 1948, con el acuerdo de las grandes potencias y el
patronazgo de la Organización de las Naciones Unidas.
Creación de organismos
supranacionales
Organización de las Naciones Unidas (ONU)
La
idea de establecer un sistema de seguridad colectiva más eficaz que la Sociedad
de Naciones surgió durante la guerra. En el documento establecido por Churchill
y Roosevelt bajo el nombre de Carta del Atlántico, se preveía la “institución de
un sistema de seguridad general establecido sobre bases más amplias”. No se
trataba de resucitar simplemente la Sociedad de Naciones, cuyo fracaso era
evidente, además de que la URSS, expulsada de ese organismo en diciembre de
1939, se oponía enérgicamente a su restitución. La idea que prevaleció fue la de
crear una institución totalmente nueva y la iniciativa emanaba mucho más de
Estados Unidos que de la Gran Bretaña o de la Unión Soviética.
En la
Conferencia de Yalta, Churchill, Roosevelt y Stalin se pusieron de acuerdo sobre
el proyecto definitivo al que, después de largas controversias, se asoció
Francia. Contrariamente a la Sociedad de Naciones, que había estado ligada a los
tratados de paz de 1919, la nueva organización debía nacer de una conferencia
internacional y de ninguna manera podía estar asociada a un reglamento de
guerra.
La Organización de
las Naciones Unidas (ONU) fue definitivamente fundada el 25 de junio de 1945,
en la Conferencia
de San Francisco. Los miembros
originales fueron los 51 países firmantes de la Carta de fundación, con
predominio de los Estados del continente americano (veintidós) y los europeos
(quince), además de ocho asiáticos, cuatro africanos y dos de Oceanía. Los
vencidos fueron por el momento excluidos, como ocurrió en 1919, al establecerse
la Sociedad de Naciones.
En la Carta se enunciaban los
Propósitos
y los
Principios
de la ONU.
Los
Propósitos
eran cuatro:
a) Mantener
la paz y la seguridad internacionales;
b) Fomentar
relaciones de amistad entre las naciones;
c) Realizar
la cooperación internacional en la solución de problemas internacionales de
carácter económico, social, cultural y humanitario, y en el desarrollo y
estímulo del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales;
d) Servir
de centro armonizador de los esfuerzos de las naciones para alcanzar estos
propósitos comunes.
Los
Principios,
más numerosos, precisaban lo siguiente:
1. La organización se
basaba en la igualdad soberana de todos sus miembros.
2. Todos los miembros
cumplirían las obligaciones contraídas de conformidad con la Carta.
3. Los miembros
arreglarían sus controversias internacionales por medios pacíficos
y
sin poner en peligro la paz, la seguridad o la justicia.
4. Los miembros, en sus
relaciones internacionales, se abstendrían de recurrir a la amenaza o al uso de
la fuerza contra otros Estados.
5. Los miembros prestarían
a las Naciones Unidas toda la clase de ayuda en cualquier acción ejercida de
conformidad con la Carta, y no ayudarían a Estado ninguno contra el cual la
Organización estuviera ejecutando acción preventiva o coercitiva.
6. Ninguna disposición de
la Carta autorizaría a la ONU a intervenir en los asuntos que son jurisdicción
interna de los Estados.
7.
Las Naciones Unidas harían que los Estados que
no fueran miembros de la organización, se condujeran de acuerdo con estos
principios en la medida que fuera necesaria para mantener la paz y la seguridad
internacionales.
La estructura de la ONU incluía los siguientes órganos:
El Consejo de
Seguridad, órgano principal y con mayor poder de decisión de
toda la institución, cuya función primordial
es el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales. Determina los
actos de agresión y amenazas contra la paz que exigen medidas de carácter
coercitivo para los miembros de la Organización que los hayan cometido, por lo
que puede obligar al cumplimiento de sus resoluciones mediante el empleo de
fuerzas armadas formadas por tropas de los Estados miembros de la ONU. A este
Consejo le fue encargada la
Comisión de Energía Atómica,
cuyo propósito es evitar que la energía
nuclear vuelva a ser utilizada en contra de la vida humana.
La Asamblea General,
integrada por representantes de todas los Estados miembros, que se reúne una vez
al año, aunque puede ser convocada en sesión extraordinaria. Cada Estado miembro
tiene cinco representantes, pero solamente un voto, no existiendo el derecho de
veto. Esta Asamblea puede tratar cualquier asunto relacionado con el campo de
acción de la ONU
o de cualquiera de sus organismos
internos. Goza de amplias competencias: elección de los miembros no permanentes
del Consejo de Seguridad, admisión de nuevos miembros, nombramiento del
secretario general a propuesta del mismo Consejo. Pero la Asamblea General sólo
puede emitir “recomendaciones” que deben ser adoptadas por el voto de la mayoría
de los dos tercios de los miembros presentes y votantes.
La Secretaría General, órgano administrativo de la
ONU,
presta sus servicios a los demás
órganos y administra los programas y políticas elaborados por ellos. Al frente
de este organismo figura el secretario general, quien
juega una labor de
coordinación en toda la organización y puede llegar a tener un papel político
importante en el ámbito mundial. (La primera persona que ocupó este cargo fue el
noruego Trygve Halvdan Lie, entre 1946 y 1953.)
Los organismos internos de la ONU,
dependientes de la
Asamblea General, son los siguientes:
El Consejo Económico y Social, que se ocupa de las cuestiones relativas al
progreso económico, social, cultural, de salud, etcétera, así como de velar por
la observancia de las libertades y los derechos humanos entre los pueblos; no
tiene poderes para legislar, y sus actividades son de estudio, investigación y
recomendación hacia los países miembros, dentro del campo de su competencia.
El Consejo de Administración Fiduciaria, que supervisa lo relacionado con
territorios que existen en calidad de fideicomiso, que pueden ser antiguas
colonias de algunos países miembros de la
ONU o
regiones que les fueron quitadas a las Potencias del Eje, colocados bajo este
sistema de administración fiduciaria.
El Tribunal
Internacional de Justicia, al que pertenecen todas las naciones miembros de la
ONU,
con sede en La Haya, Holanda. Este
Tribunal o Corte internacional, es el principal organismo judicial de la
ONU
para tomar decisiones sobre asuntos
relativos al derecho internacional y sobre interpretación de tratados y acuerdos
entre las naciones miembros.
Por último, a
la ONU
se integrarían los llamados
organismos especializados: la Organización Mundial de ¡a Salud
(oMs),
la Organización para ¡a
Agricultura y ¡a Alimentación
(FAO), la
Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y ¡a Cultura
(UNEsco),
la Organización Internacional
del Trabajo (OIT),
el Fondo Monetario Internacional
(FMI),
el Banco Internacional de
Reconstrucción y
Desarrollo
(BIRD).
OTROS APUNTES:
http://roble.pntic.mec.es/cgee0016/4esohistoria/para_pdf/quincena9.pdf
ACTIVIDADES:
-
http://segundaguerramundialple.blogspot.com.es/2008/07/actividades.html